“El trampolín es largo. Desde donde estás parece estrecharse hasta la nada. Te va a enviar a alguna parte que su propia longitud te impide ver y parece inadecuado entregarse a esto sin pararse a pensar” (1)
“Es capaz de hacerlo todo…” señaló el periódico The New York Post sobre una de sus obras. Claro, David Foster Wallace se ahorcó en el baño de su casa a los 46 años en su casa. Era cierto que podía hacer cualquier cosa.
“Era enormemente talentoso, nuestro escritor retóricamente más afilado”, señalo su colega Jonathan Franzen (2). aunque está más cerca de otros novelistas, como Don Delillo y Kurt Vonnegut.
Es que el profesor de literatura creativa se paseó por todo, desde los relatos pequeños y la investigación hasta una historia de más de 1200 páginas llamada “La Broma Infinita” (1996), que se describió por ahí como
“dolorosamente graciosa” y fue calificada como una de las 100 mejores novelas publicadas desde 1923. Y es que el humor negro con que describió su sociedad, la norteamericana, no sólo se refería al Imperio autorreferente, sino a ser un ente omnipresente gracias a los medios.
"Si están ustedes aburridos y asqueados de la política y no se molestan en votar, están en la práctica votando a los establishments afianzados de los dos grandes partidos, que les aseguro que no son tontos, y que se dan perfecta cuenta de que les interesa mantenerlos a ustedes asqueados y aburridos y cínicos y darles cualquier razón psicológica posible para quedarse en casa fumando marihuana y viendo la MTV el día de las primarias". Y, claro, política.
Pero también escribió sobre adicciones y suicidio. Fransen también lo describió como una persona muy amable pero también muy
“torturada”, y su padre reveló que tomaba medicamentos hacía veinte años para controlar su depresión (3).
“Un maravilloso clásico del absurdo mundo adulto del que somos parte”, dije fanáticamente en un texto de este mismo blog el año 2005 (4). Desde ahora será un nuevo clásico de la literatura mundial, uno de esos con vidas misteriosas, problemas sicológicos y un culto a su alrededor… algo que suena como una ironía escrita por él mismo (5).
1- Extracto del relato títulado como este texto y que pertenece a “Entrevistas breves con hombres repulsivos” editado en español el año 2001.
2- Jonathan Franzen escribió “Las Correcciones” y David Foster Wallace “La Broma Infinita”, grandes novelas que van a un paso delante de, por ejemplo, “Soy Charlotte Simmons” de Tom Wolfe (yaaa... igual es buena), quién señaló que la gran novela había muerto.
3- “La persona deprimida admitía ante su psiquiatra que siempre que ella (es decir, la persona deprimida) llamaba mediante una conferencia a larga distancia a un miembro de su Sistema de Apoyo casi siempre imaginaba la cara de esa amiga, al otro lado del teléfono, adoptando una expresión combinada de aburrimiento, lástima, repulsión y sentimiento de culpa abstracto, y a ella (es decir, a la persona deprimida), casi siempre le parecía detectar, en los silencios cada vez más largos de la amiga y-o en sus tediosas repeticiones de tópicos frustrantes destinados a animarla, el aburrimiento y la frustración que la gente siempre siente cuando alguien se está aferrando a ellos y les está suponiendo una carga.” (La persona Deprimida – DFW)
4- Texto que se puede encontrar Aquí
5-"Good People" es su último cuento publicado en The New Yorker. “Hablemos de Langostas” (2003) - sobre langostas cocinadas, porno, John Mc Cain modelo 2000 y el 11/s - y “Extinción” (2004) - sobre marketing, el "yuppie" y los medios de comunicación - son sus últimos títulos traducidos al español.
4 comments:
Suscribo plenamente lo que dices. Gran escritor.
Saludos
CV
Va a comenzar un culto a la figura de este tipo, sin duda. eso me recuerda la historia que a Jean Michel Basquiat le contaba su madre, según lo que aparece en la pelicula... estos artistas son como el rey encerrado.
UN GRANDE!
http://technorati.com/search/david+foster+wallace?authority=a4&language=es
“Los nadadores miran a otros seres humanos de la misma forma que los curiosos frenan para ver un accidente de coche: codician la imagen de sí mismos como testigos”
de Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer
Suerte
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