La única vez que el grupo se presentó en Sala Master, 24 de abril 2004, quedó registrado en “Fuma y Mira”, un disco acústico en vivo que significa la transición a un segundo trabajo de estudio luego de su narcótico disco homónimo. Una banda fundamental entre la nueva camada de músicos rockeros independientes nacionales. Y no son pocos.
Su primer álbum fue mirado con más que buenos ojos por la prensa especializada y los amantes del rock, ya que en canciones como “Let’s Go to the Beach” y “Comes from the Sun” además de las guitarras pesadas, se podía encontrar psicodelia, reggae, y rock and roll setentero, que podemos definir como los elementos con los que Enio Astaburuaga (bajo-voz), Samuel Maqueira (voz-guitarra), Aldo Benincasa (batería) y Luis Felipe Saavedra (teclado) invitan a volar, literalmente, sin presión alguna a quienes los escuchan.
Una especie de magia sedante se forma con los ritmos cadenciosos de la banda, que se relajan más en esta entrega acústica. Lo importante es que, por sobre todo, se percibe autenticidad, un punto a favor que se reconoce en los diferentes estados de su música. ¿Sus influencias? Si se puede responder esa pregunta sería algo parecido a los inicios de Pink Floyd, aunque el reggae, el Manchester y la sicodelia son parte importante de la creación de este sonido. Algo que definitivamente todos hemos escuchado anteriormente, pero que no nos deja indiferentes.
Punto a favor. Una cosa es querer registrar una sesión electroacústica y que esta quede de buena forma, pero editarla en un disco y que suene bien no es simple, pero el cuarteto pareciera tener una larga experiencia en este tipo de presentaciones (aunque esto sea sólo sugestión), ya que se escucha sin problemas y deja las ganas de saber qué sorpresas tienen preparadas para el segundo álbum.
Lo agradable también es que logran la atmósfera de sus presentaciones eléctricas, en donde, a pesar de lo extenso de sus tracks, es una buena forma de verlos en su hábitat natural, ese que no impone límites. Independiente de aquello, en este trabajo, las canciones de su primer disco y otras por primera vez registradas se convierten en algo más sensible, moderado, pero sin sentirlo estructurado. Así es como queda reflejado ese día, en un disco que puede ser de colección, como también como una inmejorable espera a lo que viene.
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