Dos unidades formando una...

Secreto en la Montaña (Brokeback Mountain) es antes que todo una película con una historia muy realista: la de dos personas que deben seguir las reglas para poder vivir. El paso adelante que da ante otras producciones es que ya no es necesario que el personaje homosexual sea un enfermo terminal de SIDA, que la prostitución sea su oficio, transexual, o que los actores que los interpreten tengan que cambiar su aspecto hasta el límite para transformarse en una caracterización exagerada. Si las películas cumplían con todo aquello que podríamos llamar un "elemento homosexual definido" podía pasar algo comercialmente, con la polémica incluida. Todo muy ¿es verdad que esto ocurre? casi como negarlo y dejarlo ahí, en los 35 milímetros. La diferencia es que en "Secreto..." su protagonista puede ser cualquier ciudadano medio. Una cinta que no pide disculpas por lo que cuenta, el espectador es el que puede tener algún problema al verla, pero esa es otra historia. Heath Ledger es Enis Del Mar y Jake Gyllenhaal es Jack Twist, quienes hacen de la montaña Brokeback un lugar para vivir lo que no pueden mostrar y por lo que arrastran una vida completa, incluidas dos mujeres Alma (Michelle Williams) y Lureen Newsome (Anne Hathaway), además de algunos hijos. 20 años de una historia de dos hombres homosexuales viviendo una vida heterosexual y que se cuenta de la forma más simple posible. Uno se guarda todo y cree estar incapacitado para liberar lo que siente mientras todos a su alrededor quieren demostrale afecto, aunque muchas palabras no salgan de su boca. El otro quiere arriesgarse y hace planes, pero si no hay quien los acompañe de nada sirve, por lo que busca un suplemento, una copia que no encuentra. En ese tipo de emociones se mueve la historia, y lo hace sin grandes escándalos, tampoco con escenas pensadas para una nominación a la mejor actuación. Todo es como debe ser. Respetuoso. Lo revolucionario para muchos es la forma como se cuenta, ya que todas las escenas muestran la soledad desértica de un pueblo, los bares que respiran machismo, el día de acción de gracia, trabajo de campo, rodeo, escopetas, toda la historia de Estados Unidos de fines del siglo XX expuesta como un golpe bajo a sus tradiciones. No todo era en serie.

El director taiwanés Ang Lee (Sensatez y Sentimientos, La tormenta de Hielo, Cabalgando con el diablo, Hulk) logra algo muy difícil para la mayoría de los directores, que las imágenes logren contar la historia más que los diálogos, que la intensidad de una montaña sean los ojos acusadores de una sociedad y que incluir a otros en una mentira se pueda transformar en algo atemporal, aunque la tierra se transforme en cemento y los caballos en autos último modelo. A pesar de esto "Brokeback Mountain" llegó en un momento en que junto a otras nominadas a los Oscar (Capote, Transamerica), será por estos meses parte de la moda del cine con temática homosexual, como antes fue entregarle un Oscar a una actriz afroamericana y hacer con ello de la premiación un mea culpa por tardarse demasiado. Una moda que puede construir y que es necesaria, pero con mucho adorno incluido. Lo bueno es que Lee es un director atípico en el cine industrial de Hollywood y que no parece pertenecer a este engranaje en donde se contrata un director como cualquier técnico más. Es decir, la obra supera lo que se puede generar a partir de ella. Aquí hay un discurso alejado del efectismo. Dos hombres que no bailan toda la noche, que pueden enfrentarse a cualquiera y que no asesoran la imagen de una chica linda. Es que el tema "queer" en los medios siempre va acompañado de la polera apretada, el disco dance y los desnudos. Es ahí en donde esta se transforma en una buena cinta que merecidamente se ha reconocido en el Festival de Venecia, Globos de Oro, BAFTA y que claramente tendrá un rol importante en los Oscar 2006, y que de paso ha sacado a la luz a Annie Proulx (Un As en la Manga), creadora del cuento ganador del Pulitzer que dio paso a esta película. El resultado es más de lo que se esperaba, porque en manos de Almodovar, Gus Van Sant o cualquier otro realizador que se acercó a la historia se habría convertido en algo para definir en palabras como "transgresor", "sobrecargado", "invasivo", o la favorita de los críticos: "anticonvencional". Gracias a Ang Lee pareciera que estamos en presencia de un clásico, aunque se trate de una simple historia de amor. Punto. *Comentario original de ENTERARTE "Existía un vacío entre lo que el sabía y o que intentaba creer, pero no se podía hacer nada al respecto, si no se puede arreglar, se tiene que aguantar" (Brokeback Mountain - Anie Proulx)