You Are Quite Cool

Muchos me han dicho (o creen) que ya soy un “socialité”, un “indie boy”, un “cool hunter”, que no me pierdo nada, que conozco a mucha gente, que muchos famosillos “under” me saludan, que supuestamente impuse una moda con un gorro, que el mechón más largo me hacía ver mejor, que la foto no sé qué... que mi conocida(o) no se qué... que mi altura no se qué... ¿me tengo que quedar encerrado? No todo es cierto y no tengo que dar explicaciones, no todo es falso y no lo voy a recalcar. No hay disculpas. No soy lo que piensas. La gente tiene buena imaginación y tiempo para ponerla en marcha. Soy otra persona. ¿me importa? no. Fuga: Una Temporada en el Infierno El pasado viernes 24 de marzo estuve en la función de prensa de * “Fuga”, la primera película chilena estrenada este año. Una periodista que conocí cuando todavía no era periodista me dice “¿Y tú, que haces aquí?” como separando su mundo “periodístico” del mío (no tengo título), a lo que respondo “lo mismo que tu, viendo esta película..." lo demás no interesa. Agradable ella. Mentira. Bueno, la verdad, no soy periodista. ¿qué soy? No tengo idea. Casi siempre las funciones de prensa NO se llenan (bueno, si es “Kill Bill” -1 y 2- claro que sí, o “El Código Da Vinci” que desde ya está lleno), Pocas veces pasa con los estrenos nacionales y está vez fue una de ellas. Conferencia de prensa incluida con los realizadores y los actores... preguntas del tipo ¿qúe tan importante es la música para tí Benjamín (Vicuña)? Incluidas. Y ahí también los críticos nacionales a quienes les importa más si el director es hijo de tal, o se enredan si la película no es la obra maestra que creían o la basura que se imaginaban. Pasaron los días, y el 27 de marzo en Cinemark Plaza Vespucio (extraño, siempre es Hoyts La Reina o Cinemark Alto las Condes porque están “arriba”) se realizó la “Avant Premiere” de la película de Pablo Larraín, el hijo de "izquierdas" del senador UDI Hernán Larraín. Una mezcla de gente que iba desde Pablo Longueira y señora, hasta Miguel Littin y Silvio Caiozzi, pasando por actores "top" y periodistas para tener todos los sectores cubiertos. Si te invitan a ver una película sin pagar entrada y antes que el resto ¿Hay que decir que no? Claro, mucha gente, demasiada, mucho trago... demasiado... Hasta Juan Cristóbal Meza, compositor de la música del filme, tocando piano para los asistentes con una pequeña orquesta. Todo como debe ser un estreno. Nada de cine de autor esta vez. That`s Entertaiment. Sin Culpa. Bien. *Si te interesa leer el comentario “serio” de la película entra a enterarte, sección cine.

** Widescreen o Fullscreen, por Human Nature

*** La crítica "profesional" de Ángel Carcavilla aquí Pánico: ¿Qué pasa Wey? 29 de marzo. Teatro Teletón. “Si no estás no existes” pareciera ser la máxima desde hace un tiempo. Si no te gusta la banda del escenario no importa, “hazte ver”. Yo debo confesarlo. Nunca fui un chico Pánico, nunca fui un fan acérrimo de nada. Nunca me memoricé la vida y obra del artista preferido. Siempre me gustó no saber todo, quedarme con la duda. Del grupo radicado en Francia recuerdo algunas cosas como a la Rosita que quería ser una Pornostar, o aquel Rayo directo al ojo... y las cosas iban más lento, por supuesto. Pánico fue una de las primeras bandas por la que la mayoría se enteró que existía vida después de los sellos multinacionales. Que se podían editar grupos “independientes” de otros lugares. Que se podía jugar con la música sin tener estructuras ni prejuicios. Ellos insertaron cumbia mientras sus groupies los odiaban por dejar el punk comercial. Pánico no eras más los Pánico rudos que hablaban de Los Ramones. Un sacrilegio. Se fueron y pasaron los años hasta que lanzaran “Subliminal Kill” (Tigersushi 2005), un disco que invita a bailar como siempre lo han hecho, moverse entre guitarras, bajos, samplers y baterías. Ahora son “famosos” y tocan en Europa... el “chileno que triunfa en el extranjero” y que vuelve a la gloria. 2 mil personas. El grupo de moda. Suena a cínico, pero es verdad. Y bien por eso. Edie Pistolas, Carolina Tres Estrellas y compañía, son un grupo que entendió que hacerse el “under” no se llega a ningún lugar, que hay que hacer lo que nos gusta. Hay consecuencia aunque toquen para Absolut. Todos los que criticaron sus cambios de sonoridad estuvieron anoche presentes. Todos los que creyeron que estaban viviendo de la caridad francesa también. Pero si hubieran tenido esa cantidad de público en el año 1997, no estaríamos hablando del legado de Álvaro Henríquez, porque además de tocar bien un instrumento hay que tener buenas ideas. Pánico tocó ante un publico que en un 50% no los conocía y estaba inmóvil. La mitad disfrutaba con la historia del supermercado, mientras la otra mitad decía “son buenos, a!”. Una parte hacía vida social, se encontraba con sus iguales, hablaba de sus logros. Los mismos que se molestaron porque la lista de invitados estaba desordenada. Gratis y enojados. Mal. ¿A Socialité Life? No creo. ¿se entiende? parece que no.