¿No estoy ni ahí?

Se apoderaron de la agenda de los medios, totalmente. Primero, con la palabra mágica: “infiltrados” cuyo único significado se refería a seres que solo sabían tirar piedras y ponerse un taquillero pañuelo blanco con negro en la cabeza para pasar como revolucionarios. Después de que medio Chile se preguntara ¿dónde están los padres?, la situación cambió, a los medios servía mostrarlos con un poco de respeto, eran pinguinos con algunas cosas que decir: pase escolar, PSU, acceso real a la educación y calidad de esta. Temas que parecían muy importantes para que un estudiante de liceo municipal tuviera conocimientos sobre el peso de esas palabras. Ni Bachelet (ni los otros candidatos a la presidencia del país) tenía en sus grandes libros de "buenas intenciones" proyectos reales para mejorar los puntos nombrados. Era en serio. ¿Conocimiento dije? Claro, eso lo resume todo. Descontento existía hace mucho tiempo, y no solo en la educación media municipalizada, sino en la pobreza educacional en algunas universidades privadas e institutos profesionales. Cualquier persona puede comprar un título y eso no es un secreto. Claro, hay quienes pueden pagar una buena educación, existen colegios cuyo arancel sobrepasa más de un 300% el valor de una carrera profesional en una universidad estatal. Estudiantes que no tienen la más mínima idea de cómo son las sillas o baños del Liceo de Aplicación. Y menos quién está frente a un pizarrón. Todo es sobre comercio, la educación también. Los medios han construido una “identidad” escolar que tiene relación con no querer votar, no preocuparse más que del cigarro y el alcohol, tener desastrosos puntajes en cuanta evaluación de la educación se haga. Razón hay, la mayoría de los escolares son movidos por lo que los mismos medios muestran. La rebeldía solo es una pose para parecer anarquista, algo cool. Esa es la diversidad. Porque hay quienes creen que parecer violento y salir en la “tele” tirando la “talla” o botando a la señora que caminaba por la calle son el personaje más divertido de la sala. Faltar a clases, pedir plata en la calle para ir a tomar a la plaza y que todo se justifique por las huegas es el camino fácil para muchos. Eso solo sirve para que los que pueden hacer cambiar las cosas no lo hagan. La imagen mostrada es poderosa y construye significados. Bueno, también hay infiltrados. Pero hay otros, una minoría, que además de ser sub-18 tienen ideas claras que compatibilizan con la fiesta del fin de semana, la primera relación sexual o la película que ya no tiene censura para ellos en el cine. Personas que hemos visto al lado de los rostros de los noticiarios con más argumento que su entrevistador. Seriamente, como el tema se debe tratar. Así, el risueño ministro Zilic parece ser quien está aprendiendo, aunque crea que se las sabe por libro al haber estado en Dictadura y participado de una toma. Un pie quiere dar el paso. Estamos en un proceso de transformación, se repite cada día, pero el Gobierno ¿está tratando de que ocurra verdaderamente? Si ni siquiera se pueden tocar los “temas valóricos” no creo que sea así. Porque, ante lo que ha pasado, no estamos ante una “movilización estudiantil” utópica o política, sino realista. ¿Y los golpeadores carabineros? Arrastran la culpa del uniforme. Un país que estuvo años en un régimen que avalaba los golpes callejeros gracias a un poder especial, o las muertes por no pensar igual, todavía no se saca esa imagen. Personas como todos, que tienen problemas familiares y deben explotar de algún modo. No es un robot uniformado. Tienen desiquilibrios. Y creen en el poder del uniforme. La mayoría. Un apartado en el tema. Entreparéntesis. Pero lo importante es la linda oración "educación de calidad y para todos". Ejemplo, el pago de la PSU en algunas familias es un tema que se olvida. El alumno no la rinde, no tiene posibilidades de cursar estudios técnicos o profesionales, pero tiene la capacidad intelectual. Se transforma en “obrero” mientras un cerebro del porte de una nuez entra a una universidad privada cuyo arancel de un año es el mismo de cuatro años de una tradicional. La movilidad social no existe. Rentable es, en el futuro, para quienes pueden contratar muchos empleados con el sueldo mínimo. La vida continúa. Hay temas que de verdad hay urgencia de cambiar, aunque lo más importante sea la calidad y un profesorado que se capacite y tenga que, obligatoriamente, acceder a las pruebas que se niegan a cumplir. Las peticiones son cambios en la jornada escolar completa (JEC) que es un fracaso desde su creación, casi como la invisibilidad de las colas en los consultorios; Cambio de la Ley Orgánica Constitucional para la Educación (LOCE), PSU gratuita y pase escolar gratuito vigente los 365 días del año y sin regulación horaria, además de otros puntos. Algunas cosas son obvias y urgentes (casi todo) y otras poco realizables, hay que ser realistas. Algo de ello se ofrece en estos días. Ver para creer. Y aunque falta una quema masiva de uniformes en Plaza Italia, lo cierto es que las últimas horas se han transformado en una cátedra al gobierno. Una que no viene de las rabietas de la oposición. Una que se genera de lo que vive la gente de verdad día a día y no de la sonrisa “pep” de nuestros gobernantes. La educación municipalizada no es lo mismo que la privada, aunque algunos traten de que todo se transforme en algo político. Ellos pudieron tener una buena educación y están arriba ¿los demás no pueden?

Internet y los pinguinos... Nómina del "Consejo Asesor" Aquí Una película de bajo presupuesto... por Haroldo Salas