Desfragmentando...

Fue, es y será necesario. La ataraxia temporal pareciera funcionar en ciertos momentos. Con un seguimiento atento, más un correcto control mental, es bueno pensar que las cosas no importan mucho o que existe la tranquilidad para afrontarlas sin ningún sobresalto. Claro, podría pasar lo peor, bloquear todo y pensar que no ha pasado nada, o que suceder algo increiblemente bueno pero que las facciones del rostro no experimenten cambios. La inexistencia de una emoción visible al resto; que nada sea sorprendente ni tan significativo para parar y pensar seriamente en los hechos. No es que ciertamente algo ocurra, o puede que sí pero no hay conectividad. Todos aquellos que lo predijeron, y nunca escuché, tienen razón solo por esta vez.

No, no es un invento, la situación parece ser como se lee. Pero repito, es temporal. Actualmente no existe la respuesta ante el estímulo, ni siquiera para pensar en seguir, o parar y estancarse mientras todo se mueve en diferentes direcciones. Las cosas pasan y tienen que pasar, pero momentáneamente son inexistentes. Nada es trascendental. Solo es una vida poco innecesaria entre la masa. No es nada terrible, horroroso, terrorífico ni de otro mundo. No existe el miedo, menos la tristeza o la alegría. Por un tiempo. No existe el espacio, letras, sonidos ni imagen. Es como imaginar una verdad que resultó ser mentira, o mirar un rostro en el que no es posible confiar, aunque las palabras suenen a lo contrario. Por eso es urgente pensar que es viable funcionar en piloto automático, por un tiempo limitado, y así no levantar sospechas de la falta de preocupación. Suena atractivo. Solo hay que poner cara de interés. No es difícil, porque aunque se crea lo contrario, la actuación no ha sido desastrosa. Claro, hay que completar la oración, formar una imagen y definir al receptor o transmisor según el gusto personal. Debe seguir todo normal. Pero no hay que confundir las cosas, porque no es falso lo que ha pasado, por lo menos parece más real que soñar despierto, más idílico que pensar en un universo paralelo, y menos infantil en una ilusión. Y es que todo fue tangible en algún momento, por eso se puede contar la anécdota, guardar en los recuerdos, esperar la normalidad. Por lo menos comprendo que, a pesar de estar presente, hablando, mirando y escuchando, es como si no estuviera. Mejor olvidarse un rato. No es importante, más bien un aviso. Y no es que sea necesario un consejo o palabra de aliento, es más, eso sobra y no sirve por que no se entiende. Se están reordenando los archivos.