No regrets, they don't work... ¿?

Muchos textos de prensa sobre el recital de Robbie Williams en Chile repetían la palabra ego como si fuera algo extraño para un personaje como él. Muchos también señalaron que no canta muy bien y que no un músico con todas sus letras. Claro, por supuesto, obvio… no es Bob Dylan, tampoco hace música experimental y menos es indie. Es decir, nadie descubrió algo que pueda transformarse en una nueva definición de un artista pop. "Let Me Entertain You..." dice una de las canciones que sonaron el pasado 10 de octubre en el Estadio Nacional, y el show fue entretención pura, no se pueden negar las verdades absolutas.

Pero nada sería igual si no existieran buen material y Robbie lo tiene. Me refiero a esas canciones de estadio, especiales para un magnoevento con casi 50 mil personas. Títulos como “Feel”, “Rock Dj”, "Make Me Pure" y “Millenium” se hicieron escuchar entre los ensordecedores gritos de las chicas ¿o chicos?. Algo que se marcaba más cuando mostraba alguno de sus tatuajes, el trasero, o adornaba alguna canción con un "Chile". Aunque frases como "¿Chile? ¿China? ¿Chile? ¿China?... oh, fuck China, man", refiriéndose a las fechas canceladas de su gira, no eran necesarias, ya que tenía la público en el bolsillo desde el primer tema: "Radio". Independiente de los pro y contra de ser una “estrella pop”, de lo vendido al sistema o el poco valor "artístico" que se les saca en cara, el recital del inglés, enmarcado en el “Close Encounters World Tour”, no tuvo momentos en baja, porque existió un feedback incansable con el público que no paró de seguirle el jueguito que incluyó imitaciones de Elton John, una canción dedicada a una modelo "Ahorra bien tu dinero en carne / Me complace que pasar una noche conmigo / te asegurara fama" (Moonson), y la muletilla que lo salvó durante la hora 45 minutos de show: “bueno” ("bueno time" – "fucking bueno" ), pedir marihuana o hasta terminar “Advertising Space” con una frase de “All Shook Up" de Elvis Presley para seguir con “Come Undone” y una frase de “Walk on the Wildside”de Lou Reed. Robbie Williams tiene un buen repertorio, una mezcla que funciona para un público muy heterogéneo, es decir, el sueño de un sello discográfico. Quizá lo único detestable y que lo marca como producto, son esas ganas de conquistar un mercado que no le abre el paso: gringolandia. Claro, el inglés vende mucho en estados Unidos, pero no es lo más taquillero. Para entrar y golpear se puso un polerón hiphopero en "Rudebox", una canción que resta puntos y hace pensar que todo es más calculado de lo que parece. Ya existe Justin Timberlake, a Robbie el creerse negro con onda no le queda muy bien. Pero sumando y restando, nadie pedirá devolución de dinero ni dirá que el espectáculo fue malo. Entre las cosas que pasaron, dijo que Chile le devolvió la confianza, algunas chicas se desmayaron, antes del concierto las pantallas mostraban una campaña sobre el Sida en la que él es uno de los rostros, los músicos hicieron muy bien su trabajo, el coro lo apoyó cuando le hacía falta el aire, el público cantó toda la canción "Angels" y recibió un puchero como respuesta, las luces y la pirotecnia fueron parte del circo, la pantalla de alta definición sumó puntos... todos salimos comprando el producto completo, pero ¿qué paso con "No Regrets"?