Todos fingen ser normales...

Las buenas costumbres dicen que no podemos reírnos de lo mal que lo pasan los demás, entonces si queremos hacerlo sin culpa están el cine y los libros. Muchos ejemplos existen sobre familias disfuncionales pero recuerdo “Todas las Familias son Psicóticas” de Douglas Coupland (próximamente en la pantalla grande, eso dicen…), una novela negra sobre los Drummond, en donde coexisten una hija astronauta talidomídica, el hijo delincuente que se contagia de VIH, otro que intenta suicidarse en multiples ocasiones sin resultados, un padre que le dispara al hijo con VIH por follar con su nueva novia, mientras esa misma bala alcanza a la madre que se contagia también y es adicta a sitios para adultos en Internet. Linda historia. Ellos se van en un viaje con la carta que uno de los hijos de Lady Di dejó en el féretro, carta que un farmacéutico creador de enfermedades, y sus curas, quiere en su poder sin pensar en las consecuencias. Además, está la novia embarazada de uno de los chicos Drummond que vendió a su bebé antes de nacer a una pareja que oculta el motivo de la paternidad frustrada y un contrabandista con problemas cardiacos. Todo esto en una especie de "road book", es decir, sin las paredes del hogar con la desprotección a la vista, pero de igual forma con un equilibrio en el caos a través de un lenguaje ágil y simple, y con una moraleja final... pero bien al final.

De esa misma forma, los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris dotaron a la película “Little Miss Sunshine” (20006) de un absurdo que suaviza la tragedia y hace cómica la frustración. En el cine existen muchos ejemplos, como “Happiness” (1998 - Todd Solondz) y muchas otras, pero esta nueva familia disfuncional es bastante menos perversilla, ya que a pesar de su desarrollo lleno de malas noticias nos lleva a pensar que todo no es más que una anécdota familiar. Entretenida, por cierto, ya que los personajes están construidos sobre un cliché, y mientras el telespectador espera que sea un fiasco se arregla la situación para seguir con la disfuncionalidad, y ocurre en casi todo el metraje, siempre está a punto de echarse todo a perder.

Claro, el padre es un tipo fracasado que da conferencias sobre el éxito; la madre es una progresista que siempre está buscando mediar con el resto; el adolescente nihilista que lee a Nietzsche y decide no hablar más con la familia que odia; el abuelo adicto a las drogas y al porno; el tío homosexual con tendencias suicidas y estudioso de Proust, más una furgoneta que concentra a la familia y ofrece los momentos más delirantes de un viaje cuya protagonista es Olive, la hija menor, una niña que admira a las chicas de los concursos de belleza y que sueña en convertirse en una de ellas. La dirección de Dayton y Faris (famosos por videos de los Smashing Pumpkins) no es sobre-maquillada como en algunos clips famosos, va en la línea de 1979, video del grupo de Billy Corgan que representa totalmente la estética del film y que busca en lo cotidiano sorprender con imágenes potentes y muy trabajadas a pesar de mostrarse de forma simple. Si bien la idea y la estética de la cinta es correcta y funcional a lo que desea mostrar, los personajes después de la mitad del metraje no avanzan por ser arquetípicos, aunque sin crecer terminan de buena forma, porque debemos recordar que es un día en su vida. ¿Recuerdan lo de la anécdota? Pero sin dudarlo la sorpresa mayor de la película es Abigail Breslin, la niña protagonista que parece haber nacido para interpretar a la pequeña con sobrepeso y lentes que quiere ser una miss de revistas (recordemos que hay actores infantiles derechamente insoportables), en esta película tan falta de pretensiones que nos hace creer que es una de las mejores del año. Quizás se lleve algún que otro premio pero eso no es lo importante ya que actualiza a la familia disfuncional, haciéndola divertida, patética pero también muy emotiva. ¿Se emocionó? Las familias "raritas" son un tema repetido mil veces, muchas de ellas no son más que un mal chiste, pero en otras ocasiones sirven para comprender que no existe personas con hijos, perro, auto y casa como se muestran las revistas, que la mayoría de las veces podríamos ser personajes ricos en matices más que modelos de televisión que tienen hijos rubios y coleccionan artefactos eléctricos y de diseño. Pero todos tratan de serlo, aunque eso es otro tema. Todos pretendemos ser parte de esa perfección, pero basta un libro o una película para darnos cuenta de que pasa todo lo contrario. Y seguimos haciéndonos los tontos.

*Usted puede ver Little Miss Sunshine en su cine preferido y además comprar Todas las Familias Son Psicóticas en las librerías TXT o Qué Leo a $2.000 aprox (edición tapa dura, así es) A todo esto espero JPod, la nueva novela de Coupland en donde unos geeks cuentan chistes de programación totalmente incomprensibles para el resto de los mortales… es decir, no los comprenderé porque no soy Geek. ¿no le parece bueno?