Si vemos el iris del ojo humano muy de cerca es como un
pequeño universo. Así es ‘Arrival’ (La Llegada), una película que habla sobre
lenguaje y tiempo, dos grandes temas mostrados a través de un mensaje extraterrestre
que debemos descifrar y la comunicación entre quienes habitamos el planeta
Tierra, pero también de cómo eso nos afecta desde el microscópico lugar que ocupamos.
El primer contacto con la ciencia ficción de Denis Villeneuve
(‘Prisioners’, ‘Sicario’) –se encuentra trabajando en la segunda parte de ‘Blade
Runner’– plantea que el idioma que hablamos cambia nuestra forma de ver el
mundo. Idea que nace de una inspiración literaria: el cuento corto ‘La
historia de tu vida’ (Ted Chiang, 1998), una historia, en la superficie, sobre
naves espaciales –o dispositivos de comunicación- que se instalan en diferentes
continentes y cómo debemos encontrar una respuesta al ¿por qué están aquí?
En el caso de Estados Unidos –aunque se muestran, en segundo
plano, otras realidades–, una lingüista (Amy Adams) y un físico (Jeremy Renner)
serán el puente entre los visitantes y gobierno/militares, quienes no pueden
dejar de pensar en una invasión. Vemos las inmensas naves, a los
extraterrestres, el caos a través de las noticias y la inminente amenaza, pero
no, no hay explosiones, ataques en masa ni discursos patrióticos.
Si hay que unir 'Arrival’ con otro título de la filmografía de
Villeneuve, sería con la extraña ‘Enemy’ (2013), en la
que jugó con el tiempo y entregaba pistas para armar un rompecabezas. Es decir,
una forma de narrar que se asemeja al filosófico y emocional texto que fue adaptado por Eric Heisserer (‘Lights Out’), guionista que aportó extras
que llevan a recordar a otros títulos del género, como ‘Interstellar’
(Christopher Nolan, 2014) y ‘Contact’ (Robert Zemeckis, 1997), pero también a ‘The
Tree of Life’ (Terrence Malick, 2011).
Visualmente es un placer para los sentidos: el magnetismo y los matices de Adams (‘Batman v Superman’), quien transmite toda la fuerza y
fragilidad a través de sus ojos; la bruma, las luces y sombras de la fotografía
de Bradford Young (‘Selma’); la conmovedora banda sonora de Jóhann Jóhannsson
(‘The Theory of Everything’), y el redescubrimiento de ‘On the Nature of
Daylight’ de Max Ritcher (‘The blue notebooks’, 2004), tema elegido para el
principio y final de la película.
Aunque
en algunos minutos Villaneuve se ve en la obligación de explicar cosas, el
juego narrativo de armar la historia encaja a la perfección para quienes
aceptan el reto de resolverlo. Todo tiene sentido, desde traspasar la barrera
del idioma, al rol de la memoria en nuestras vidas, la experiencia de una pérdida y la naturaleza humana.
¿Estamos preparados?
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