
“Cuando empezó el frenesí de la cultura juvenil a principios de la década de 1990, muchos que éramos jóvenes entonces, nos descubrimos víctimas de una voraz máquina de marketing que se apoderaba de nuestra identidad, y de nuestros estilos e ideas y los convertía en un movimiento prefabricado. No se salvó nada, ni el punk, ni el hop, ni el fetish, ni le techno y ni siquiera el feminismo ni el multiculturalismo de las universidades. Pocos nos preguntábamos por qué estos entornos e ideas demostraban ser tan comercializables, tan poco amenazadores y tan rentables. Muchos teníamos la seguridad de que hacíamos cosas subversivas y rebeldes, pero… ¿qué era aquello?” “Muchos de nosotros creíamos que lo “alternativo” – la música difícil de escuchar, los estilos difíciles de contemplar – también era anticomercial y hasta socialista” “Puede parecer un pobre consuelo, pero ahora que sabemos que la publicidad es un deporte de riesgo y que los ejecutivos son los nuevos astros del rock, vale la pena recordar que los deportes de riesgo no son movimientos políticos, y que el rock, a pesar de sus pretensiones históricas, no es una revolución. De hecho, para decidir si un movimiento conmueve realmente las estructuras del poder económico y político, lo único que hay que hacer es observar hasta qué punto es sensible a lo que sucede en la industria de la moda y de la publicidad.” (Naomi Klein - No Logo, el poder de las marcas - 2002)
2 comments:
Interesante. Te recomiendo una novela con temática similar. El sistema en que vivimos y la publicidad que contamina el universo. Se llama 13'99 Euros de Frederic Beigbeder. Claro que es una novela, no es rigurosa, es cómica y descabellada.
Gracias por el saludo...
Pero ¿Cómo? ¿Todavía existe gente que cree en la sociedad actual como algo viable?
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