¿Quién dijo Nostalgia Grunge?

Lo mejor del 2007, así nomás, fue la presentación de Chris Cornell el pasado lunes 10 de diciembre. No es una frase para revista de papel couché para fin de año, claro, no fui a todos los conciertos de este año, pero entre tanta reunión por plata, grupos indies deslavados, bandas que repiten la misma canción y “nuevos” descubrimientos, escuchar algo sólido hacía falta.
Fue mala idea juntar al grupo del novio de Sofia Coppola, Phoenix, y a The Dandy Warhols que ni siquiera con "Bohemian Like You" lograron entusiasmar a un público que preguntaba ¿Quiénes son los que tocan?. Aunque es obvio, es bueno también repetir que el lugar (Espacio Riesco) es uno de los peores para ver, escuchar y sentir un concierto. pero todo eso no importó cuando sonaron los primeros acordes de “Sunshower” y el Señor Cornell tomó el micrófono para cantar "Let Me Drown"… desde ahí no se desenchufó hasta dos horas 50 minutos después.
Canciones de Soundgarden, Temple of the Dog, Audioslave y sus discos en solitario, Euphoria Morning (1999) y Carry On (2007), eran un repertorio potente para quienes aventuraban que el sobreviviente del “grunge” poco podría hacer en solitario. En las casi tres horas los ánimos no decayeron y canciones como “Spoonman”, “Black Hole Sun” y “Burden in My Hand” hicieron recordar cuando las camisas de franela eran lo máximo, pero no de forma nostálgica, esta presentación no daba espacios para llorar inventos socioculturales para vender discos.
Y no olvidemos la moda de las megabandas, con Audioslave editó tres discos y tracks como “Cochise”, “Like a Stone”, ”Show Me How To Live” y “Be Yourself” sonaron como si le pertenecieran completamente. Que hablar de el set acústico y esa versión “Billy Jean” (Michael Jackson) incluida en su segundo disco en solitario, coreada por las casi 10 mil personas presentes. Si hasta “You Know My Name” (de la última película 007) fue notable.
Suena lindo decir que en Argentina tocó una hora y media y acá duplicó el tiempo. Pero además de aquello, la energía, la calidad vocal, la entrega y la sensación de que estaba haciendo bien su pega y no un trámite para ganar plata, hicieron que la primera vez en Chile de Christopher John Boyle sea para recordar El cóver “Thank You” de Led Zeppelín que sonó aquel 10 de diciembre va para él.