El envoltorio del "Hard Candy"

Es obvio que lo extra musical siempre ha superado a Madonna. Más importante que sus canciones, es la ropa, su vida privada y la parafernalia. Pero es imposible ignorarla, es parte de una historia en donde triunfar es el fin. Y lo hace cada noche en que se presenta en vivo, porque “espectacular” fue la palabra más usada en los diarios (y escuchada en la radio/televisión), para definir su visita. Pero ¿fue tan así? Por momentos. Su show demostró que hace lo que quiere, como deconstruir a versiones metaleras canciones como “Borderline” o “Hung Up”, acelerar el beat al máximo en “Vogue” y “Like a Prayer”, o revisitar su imagen con cuatro bailarinas representando algunos de sus looks para asegurar que “She’s not me…”. Quiere ser popera, electrónica, rockera, clásica y hiphopera al mismo tiempo, y en ese querer no se le cree mucho, pero entretiene. “Sticky & Sweet” se llama el tour mundial que la trajo a Santiago, con un tracklist basado en su último y débil/fome disco “Hard Candy”. El tik tok tik tok tik tok ya molesta, igual que la sobre exposición en los medios. Páginas y páginas cada día sobre lo que hacía (y no hacía), incluidas las declaraciones del Cardenal medina, sobre la “lujuria loca” que representa. El mito sigue creciendo, pero no hay mucha espontaneidad (sólo el “soy muy caliente” del primer show, o la interacción con los vip en el ensayo del segundo). Hasta la petición del público y el canto a capella es un poco forzado. Un show calculador, efectivo en su forma y soprendente en lo visual, pero sin riesgo. Un reality DVD con Justin Timberlake, Pharrel Williams, Britney, Kanye West y Timbalad como amiguitos virtuales. Madonna sabe que no tiene mucha voz, pero demuestra seguridad al cantar y gritar, por eso el playback, cuando lo usa, aunque es demasiado evidente no importa mucho. También se cuelga una guitarra, a veces para nada, a veces para algo... bueno, en un minuto para algo parecido a una masturbación. Otra vez la lujuria. Que Dios nos perdone, pero era casi una obligación musical ver a la pecaminosa italo-norteamericana con nombre de santa. Los dibujos de Keith Haring y la visión kusturica fashion, incuida la tradicional "Lela Pala Tute” , la propaganda a Barack Obama y, por supuesto, el mensaje social con imágenes de niños muertos en África también estuvieron presentes… y refuerzan la idea de que Madonna nunca se enfocará en algo, sino que tratará de poseerlo todo, incluso su propia creación: ella.

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