“Si cometes error, un
maldito pequeño error, se te derrumba el mundo entero”, es una de las frases que
Iván Locke (Tom Hardy) dice al teléfono. Tenía a cargo el inicio de la
construcción de un inmenso edificio pero la dejó repentinamente para enfrentar
un problema que podría destruir los cimientos de su vida, familiar y
laboralmente perfecta hasta el momento que decidió dejar de mentir.
En su segunda película tras Hummingbird (2013), Steven
Knight –guionista de Eastern
Promises (David Cronenberg, 2007)– apuesta por el minimalismo al
tener un solo personaje conduciendo un BMW X5 en un claustrofóbico viaje de 85
minutos desde Birmingham a Londres, con un teléfono con manos libres como medio
para tratar de lograr la redención y seguir siendo el hombre que nunca ha
fallado.

Además de un guión que funciona como reloj, y de una
dirección que se transforma en toda una experiencia cinematográfica que aprovecha al
máximo unos pocos elementos, la gran interpretación de Hardy es contenidamente
realista. Una sorpresa tras destacar en roles en que el aspecto físico es más
que relevante, entre ellos Bronson (Nicolas Winding Refn, 2008), The Dark
Knight Rises (Christopher Nolan, 2012) y próximamente en Mad Max: Fury Road.
Quizás sea una coincidencia, pero su apellido recuerda al
filósofo inglés John Locke (1632 – 1704), a quien se le atribuye la frase
"lo que te preocupa, te esclaviza". Algo que parece motivar al Locke
que tiene el control sobre su auto, pero no sobre lo que puede ocurrir cuando
sus pies toquen la tierra. No
mentirás, dice un mandamiento. Difícil cumplirlo.
1 comment:
Me gusto! la encontré seca en como se plantea. La interpretación de Hardy esta más que sobresaliente.
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